Eres un prosumidor, que lo sepas

Yo por lo menos lo soy, al mismo tiempo que consumo información en Internet, soy capaz de producir más información, y no por el amor al arte, tengo un fin comercial, gracias a mis amigos Adsense y las redes de Afiliación que me pagan por ello.  Pero mi afirmación del título no es totalmente cierta si consideramos un prosumidor como; consumidor-productor que adquiere productos y servicios, al mismo tiempo funciona como un generador de esos productos  y servicios con cualquier finalidad, ya sea comercial o filantrópica.

El término prosumidor tiene tantas acepciones como hijos Julio Iglesias. Hasta donde sé, el padre de este termino fue el señor Alvin Toffler en 1980, que fue capaz de ver en el futuro, o que tuvo una revelación en el baño. Para él, un prosumidor se trata de un consumidor  – productor, que consume pero al mismo tiempo produce para compartir sus creaciones con otras personas sin fines lucrativos, y ahí es donde radica la principal diferencia con la definición por la que yo me he inclinado. Otras definiciones incluyen el consumidor-profesional, que busca información extensiva sobre lo que va a consumir y que no tiene fines lucrativos. O el caso del consumidor-proactivo que tampoco tiene un fin lucrativo, pero que ayuda al desenvolvimiento del producto que compra de distintas formas.

En mi opinión, el prosumidor no es mas que el resultado de una creciente economía colaborativa y del Internet de las cosas. Es lo malo de tener vacaciones, a uno le da por leer de todo. Y como era navidad, me he sumergido en temas de compartir beneficios. La economía colaborativa presupone que vamos a ser capaces de generar economía simplemente colaborando unos con otros, produciendo de una forma más sustentable y optimizada. Individuos haciendo lo que antes producían las empresas.  Y lo mejor de todo es que ya existen casos.

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El internet de la energía

La colaboración entre personas se lleva a cabo en todos los aspectos de la vida. En el caso de la energía, fundamental para nuestra evolución, se ha generado una red de productores energéticos que al mismo tiempo que consumen son capaces de crear superávit y producir energía para otros consumidores. Esto no era posible con energías como la nuclear, o la hidráulica. Nadie se imaginaba con un pequeño reactor nuclear en el salón de casa para calentar la comida y ya de paso vender un poco a mis vecinos. Pero si posible y factible tener un panel solar en el tejado, o unos molinos de viento en el jardín. En Alemania, hay pueblos que producen hasta 5 veces más energía de la que consumen (en inglés).  Por lo tanto, al mismo tiempo, se produce más energía renovable, el precio de los aparatos para generar energía baja, los propios procesos se optimizan y todos ganan… menos las empresas que hacían energía que tienen que cambiar su modelo de negocio.

Transportándonos a una nueva situación

El transporte es otra área sensible de cambio. Imaginemos que no solo las empresas, sino que cualquier individuo que viaje puede transportar personas o productos. Las mejoras de comunicación y las plataformas online posibilitan que esto sea una realidad hoy en día. Uber en el caso de las personas o uShip en el caso de productos son dos ejemplos de sistemas que permiten elegir quien va a transportar, por cual precio, de una forma más sustentable y optimizada. El principal problema aquí, como en cualquier cambio, son los escollos legales que van a obligar a adaptar las legislaciones y por el camino, a obligar a repensar modelos de negocio a aquellos que se beneficiaban del sistema actual.

Las 5 fases de la industria de entretenimiento

Siempre me viene a la cabeza el caso de la industria del entretenimiento, su experiencia con la aparición de internet fue traumática y en mi opinión, sufrió las cinco fases de una crisis. NEGACIÓN: la gente empezó a compartir música y películas por Internet, pero la industria no vio eso como una amenaza. Se continuó con las mismas estructuras que no respondían a las necesidades del mercado. IRA: surgen plataformas para compartir de forma gratuita lo que la industria cobraba. El resultado, denuncias por parte de los gigantes del entretenimiento y varias páginas online cerradas. NEGOCIACIÓN: empiezan a aparecer plataformas que disponibilizan el servicio que el público demanda, pero más barato. Como dicen en mi casa “a la fuerza ahorcan” DEPRESIÓN: Se despiden personas y se acaba con posiciones que en la nueva situación, dejan de tener sentido. Incluso desaparecen algunas empresas. ACEPTACIÓN: al final la industria se tiene que adaptar a la nueva coyuntura, que incluye la figura de los prosumers creando entretenimiento casero, parecido al que ya consumen y por el cual son pagados. Los bloggers han creado un ejercito de seguidores en los últimos años y consiguen tener más visitas que una película de Pixar.

¿Quieres ser un prosumidor? ¿Que tipo de prosumidor eres? Esas son las preguntas que nos debemos hacer todos ahora. 

Javier
Si has llegado hasta aquí es que te has leído el texto, mi más sincero agradecimiento. Mi nombre es Javier y trabajo en desarrollo de negocios digitales. Me encanta todo lo relacionado con la tecnología y empecé a escribir estas líneas, porque escribiendo aprendo inmensas cosas que me ayudan a entender este mundo mejor. Pero también para conocer otros puntos de vista.

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